Las relaciones respetuosas y receptivas son fundamentales para apoyar el desarrollo óptimo de los bebés y niños pequeños

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Artículo - Relaciones receptivas

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Actividad - Relación con las familias

Descargue el ejercicio de reflexión, Participar en relaciones respetuosas y receptivas.

Actividad – Participar activamente en las relaciones

Bebé siendo sostenido en el regazo de la madre Las relaciones receptivas realmente representan el corazón de lo que hace en su labor con los niños pequeños y las familias. En el caso de los bebés y niños pequeños, todo el aprendizaje se da dentro del contexto de sus relaciones con los adultos importantes en su vida.

—Centro Nacional de Desarrollo, Enseñanza y Aprendizaje en la Primera Infancia (s.f., p. 1)

Relaciones niño-familia

Gracias a las relaciones, los bebés y niños pequeños aprenden acerca de su entorno y cómo interactuar con el mundo que los rodea. Las relaciones que los bebés y niños pequeños tienen con sus familias son las más importantes para moldear su desarrollo emocional y social. Dentro de sus familias, los bebés y niños pequeños comienzan a aprender las habilidades que necesitarán a lo largo de sus vidas. Como miembro de una familia, un bebé o niño pequeño comienza a desarrollar un sentido de identidad conectado con la cultura familiar. Conocer a los niños dentro del contexto de sus familias le da a usted información importante acerca de quiénes son los niños y cómo se relacionan con el mundo.

Relaciones positivas entre padres e hijos (Información solamente disponible en inglés) (Centro Nacional del Compromiso de Padres, Familias y Comunidad, 2013) describe la importancia de la relación padre-hijo y ofrece ideas acerca de cómo promover relaciones respetuosas y de apoyo entre los niños y sus familias. En este artículo, encontrará información acerca de:

  • cómo los padres pueden construir relaciones positivas entre padre e hijo;
  • cómo las relaciones positivas entre padre e hijo son distintas en diferentes familias; y 
  • cómo los programas de cuidado infantil y proveedores como usted pueden fomentar estas importantes relaciones.

Relaciones cuidador-niño

Como cuidador principal, usted tiene la oportunidad de comprometerse con el desarrollo de relaciones respetuosas y receptivas con los bebés y niños pequeños bajo su cuidado. Los cuidadores demuestran respeto a los bebés cuando los tratan de la forma en que les gustaría a ellos que los trataran: como seres humanos, no como objetos (Cheshire, 2007). Algunos ejemplos de cuidado infantil respetuoso incluyen hablarles a los bebés, explicarles qué está haciendo y por qué lo está haciendo, y ajustar su tono de voz y ritmo al nivel del niño. También puede participar en interacciones receptivas al interpretar las indicaciones de los niños y responder en maneras que garanticen que el niño se sienta comprendido y valorado. 

El cuidado respetuoso puede ser diferente para cada niño. El tiempo que invierta en desarrollar relaciones con las familias refuerza su capacidad de tener interacciones respetuosas y receptivas con los bebés y niños pequeños. Al asociarse con las familias, puede aprender cómo es la comunicación en casa, las maneras comunes en las que se comunica el niño y las rutinas de cuidado de la familia, información que puede usar para respaldar sus interacciones con el niño en su programa. 

La relación cuidador-niño se construye con las interacciones momento a momento que se dan a lo largo del día. Vale la pena tomar en cuenta cómo las rutinas diarias brindan oportunidades específicas para las interacciones receptivas y respetuosas que construyen su relación y promueven el aprendizaje de un niño. Piense en el cambio de pañales, por ejemplo. Le demuestra respeto a un niño cuando comienza a cambiar el pañal eligiendo un momento en el que el niño no esté demasiado enfocado en explorar, acercándose lentamente a su nivel, esperando que el niño lo reconozca y luego diciéndole que es momento de cambiar el pañal. Demuestra receptividad al hacer una pausa para esperar la respuesta del niño y al seguir participando en interacciones recíprocas como respuesta a sus indicaciones durante el proceso para cambiar el pañal. Sigue demostrando respeto al decirle al niño lo que va a hacer antes de hacerlo (por ejemplo: “Voy a quitarte el pantalón”) y alentar al niño a que participe siempre que sea posible (por ejemplo: “¿Puedes levantar el brazo para ayudarme?”.). También apoya el aprendizaje del niño al darle nombre a sus sensaciones (por ejemplo: “Esto está un poco mojado, ¿no te parece? Creo que tus nalgas están un poco frías”.). Es posible que tenga varias oportunidades de tener estos intercambios individuales al cambiar los pañales todos los días.

El desarrollo de los niños en todas las áreas aumenta con las relaciones respetuosas y receptivas que tengan con usted. Piense en estos ejemplos:

Sofia, de diez meses, está sentada en el piso jugando con aros apilables. A medida que su cuidadora, la Sra. Patricia, camina cerca, Sofia extiende los brazos hacia ella para indicarle que quiere que la carguen. La Sra. Patricia se detiene, la carga y le dice: “¿Cómo estás, Sofia?”. Si bien esta interacción es simple, desempeña un papel importante en el apoyo del desarrollo emocional de Sofia. Responder oportunamente a la solicitud de Sofia de que la carguen la ayuda a desarrollar un sentido de confianza en la Sra. Patricia, al verla como alguien que estará allí para satisfacer sus necesidades.

Hágase las siguientes preguntas:

  • ¿Puede pensar en un ejemplo de una oportunidad en la que haya respondido oportunamente a un bebé o niño pequeño bajo su cuidado? ¿Cómo respondió el niño a sus acciones?
  • ¿Existen cosas que interfieran con su capacidad para responder oportunamente con este tipo de cuidado respetuoso y receptivo?  
  • ¿Qué cambios puede hacer para aumentar su capacidad para brindar cuidado receptivo y respetuoso?

Kia, que tiene 24 meses de edad, está sentada en el área acogedora mirando libros. Otro niño, Thomas, está sentado a su lado mirando el libro que ella tiene. Kia reacciona fuertemente a la cercanía de Thomas. Le grita: “¡No! ¡Es mío!” y luego se tumba en el piso, llora muy fuerte y empieza a patalear. El cuidador, Joseph, nota que esta fuerte reacción no es común en Kia, que suele disfrutar de jugar con Thomas. Como él conoce bien a Kia, Joseph se da cuenta de que cuando Kia se cansa tiende a tener rabietas, incluso por la más mínima intromisión en su espacio. Se acerca a Kia y se sienta cerca de ella. Comenta que Kia se ve molesta y soba suavemente a Thomas por la espalda y le sonríe. Como sabe que mecerse es algo que calma a Kia, Joseph le dice: “Vamos a mecernos”, espera algunos segundos por su respuesta, la carga lentamente y la lleva a la mecedora para sobarle la espalda. Luego de mecerse con ella por un rato e interpretar sus indicaciones, Joseph la acuesta suavemente en su colchoneta para que pueda descansar. Al ser receptivo ante las necesidades de Kia en el momento, Joseph apoya el desarrollo de sus habilidades de autorregulación, permitiéndole así tener interacciones exitosas con sus amigos.

Hágase las siguientes preguntas:

  • ¿Puede pensar en un ejemplo de una vez en que haya ayudado a un niño bajo su cuidado a regular sus emociones? ¿Tiene estrategias específicas para ayudar a calmar a bebés y niños pequeños en particular bajo su cuidado?
  • ¿Hay situaciones específicas durante las que le cuesta más ayudar a un niño a regular sus emociones? 
  • ¿Qué podría ayudarlo a desarrollar habilidades para poder brindar un cuidado más receptivo en estas situaciones?

Jorge, de catorce meses, se pasea alrededor de la mesita del salón mientras se sostiene del borde. Cuando llega al final de uno de los lados, se detiene y mira por encima de su hombro a su cuidadora, la Sra. Diana, como para decirle: “¿Estaré bien si me suelto? ¿Estás aquí para ayudarme si lo necesito?”. La Sra. Diana sonríe y le dice, con un tono motivador: “Puedes hacerlo, Jorge. Sigue adelante”. Luego, Jorge se voltea hacia la mesa y sigue desplazándose, suelta el borde y trata de caminar solo. En esta situación, Jorge muestra su relación de confianza con la Sra. Diana, al contar con ella como un apoyo. Este momento es reflejo de una historia de momentos en los que la Sra. Diana ha sido receptiva ante las indicaciones de Jorge, y de que Jorge estableció confianza en ella. Al sentirse motivado y seguro de tomar el riesgo de soltar la mesita, Jorge desarrolla habilidades motrices y autoconfianza más sólidas.

Hágase las siguientes preguntas:

  • ¿Puede pensar en algunas maneras en que haya ayudado a un niño bajo su cuidado a sentirse seguro, valorado y motivado? ¿Cómo le respondió el niño?
  • ¿Hay algo que interfiere con que usted dé este tipo de respuestas sensibles? 
  • ¿Qué cambios puede hacer para aumentar su capacidad para dar un cuidado receptivo y respetuoso?

Trina, una maestra de cuidado infantil, carga a Jaliyah, de 5 meses, sobre la rodilla y la mueve suavemente. Se sonríen una a la otra y claramente están disfrutando la interacción. Jaliyah dice: “Bababa”. Trina responde: “Bababa”, lo que hace que Jaliyah se ría. Luego, Jaliyah dice: “Bababa. Dadada”. Trina repite de nuevo los sonidos de Jaliyah: “Bababa. Dadada”. Jaliyah se vuelve a reír, expresando así su gusto por su intercambio. Al tomar turnos dentro de la conversación, Trina apoya el desarrollo del lenguaje de Jaliyah. Dentro de esta relación cálida y receptiva, Jaliyah desarrolla un sentido de valor en sus esfuerzos por comunicarse y se sentirá motivada a intentar repetirlos.

Hágase las siguientes preguntas:

  • ¿Puede describir un ejemplo de cuando participó en una interacción recíproca con un bebé o niño pequeño? ¿Cómo respondió el niño?
  • ¿Hay ocasiones en las que es difícil detenerse y mantener una comunicación recíproca?
  • ¿Quién o qué podría ayudarlo a mejorar su capacidad para tener interacciones recíprocas respetuosas y receptivas?

Estas simples interacciones son ejemplos de cuidado receptivo. Es posible que tales momentos le sean conocidos por su trabajo cotidiano con bebés y niños pequeños. Cuando es receptivo con cada niño bajo su cuidado, está dando el apoyo vital necesario para el aprendizaje y crecimiento en todas las áreas de desarrollo.

Recursos

Hablemos de… La práctica acorde con el nivel de desarrollo (septiembre de 2011) del Centro de Aprendizaje y Conocimiento en la Primera Infancia de Head Start aborda la importancia de las relaciones receptivas con los bebés y niños pequeños, así como la forma en que la continuidad de la atención y el cuidado primario apoyan el desarrollo de relaciones. 

Relaciones: el corazón del desarrollo y el aprendizaje (2010) (Información solamente disponible en inglés), de la Iniciativa Nacional para el Cuidado Infantil, ofrece información y actividades que abordan las maneras en que las relaciones positivas apoyan el aprendizaje y desarrollo de los bebés y niños pequeños.

Referencias

Cheshire, N. (2007). The 3 R’s: Gateway to infant and toddler learning. Dimensions of Early Childhood, 35(3), 36–

38. Recuperado de http://southernearlychildhood.org/upload/file/SECA%20Radio/The%203%20R's.pdf  

Centro Nacional de Desarrollo, Enseñanza y Aprendizaje en la Primera Infancia (s.f.). Episodio 3: Las relaciones receptivas constituyen el corazón del plan de estudios para bebés/niños pequeños [guía del espectador]. Recuperado de https://eclkc.ohs.acf.hhs.gov/sites/default/files/pdf/it3-teacher-time-viewers-guide-ep-3.pdf

Centro Nacional del Compromiso de Padres, Familias y Comunidad (2013). Positive parent-child relationships.

Washington, DC: Centros Nacionales para la Primera Infancia, Administración para Niños y Familias, EE. UU.,

Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. Recuperado de http://eclkc.ohs.acf.hhs.gov/hslc/ttasystem/family/docs/parent-child-relationships.pdf